Hay que imaginar casas de atención integral donde Ies den de desayunar y todos sus medicamentos
De acuerdo al documento Situación de las personas adultas mayores en México del Instituto Nacional de las Mujeres, hay más personas mayores de 60 años que menores de 4 años (11.7 millones y 8.8 millones, respectivamente). Las proyecciones indican que el fenómeno de envejecimiento demográfico es irreversible, debido a la disminución de la fecundidad y que la muerte ocurre a edades más avanzadas, principalmente.
En 2003, se aprobó la Ley que establece el Derecho a la Pensión Alimentaria para los Adultos Mayores de Setenta Años, residentes en el Distrito Federal. Tuve la fortuna de estar ahí como legislador, inclusive ese día me tocó presidir la Mesa Directiva.
¿Qué pasa con esa ley? Al principio, el objetivo del programa social era reinsertar al adulto mayor en el núcleo familiar, pues al no ser productivo, la familia lo consideraba una carga y, en algunos casos, sufrían violencia, abandono o discriminación.
De acuerdo con el Gobierno federal, en la CDMX el padrón actual de derechohabientes de la pensión es de un millón 218 mil adultos mayores; en este año se incorporan 41 mil 96, por lo que crecerá a un millón 259 mil 180, con una inversión anual de 36 mil 264 millones mil pesos.
En la alcaldía Iztacalco, este año se incorporan mil 799 nuevos derechohabientes, por lo que el padrón de personas adultas mayores aumenta a 62 mil 493, con inversión anual de mil 799 millones mil pesos.
Los adultos mayores requieren o tienen otras necesidades, no sólo tener recursos para sus medicinas o alimentos. Al llegar a cierta edad tienen otro tipo de necesidades, como que alguien los atienda, y eso provoca que una persona del núcleo familiar se inhabilite económicamente.
Ese programa tendría que evolucionar para que los adultos mayores tengan una atención integral: sus requerimientos psicológicos, sus requerimientos médicos con geriatras, sus requerimientos de motricidad con entrenadores deportivos.
También deberían contar con un lugar donde convivir con otros adultos mayores, con actividades lúdicas que les permitan mantener sus sentidos alerta.
Así como en su momento se abrieron las guarderías para que la mamá y el papá estuvieran tranquilos y pudieran ir a trabajar, ahora se deben establecer espacios para que los adultos mayores puedan ser atendidos.
Se tendrían que abrir centros de atención al adulto mayor en todas y cada una de las alcaldías.
Hay que imaginar, en un futuro no lejano, casas de descanso o de atención integral donde les den de desayunar, que personal de enfermería esté atento a sus necesidades, que les proporcionen medicamentos a la hora que les corresponde, que haya un entrenador deportivo especializado que les dé actividad física. Que puedan jugar ajedrez y damas chinas. Que coman, que en la tarde puedan merendar, entre muchas otras actividades y, en la noche, se vayan a dormir a sus casas.
«Los adultos mayores requieren o tienen otras necesidades, no sólo tener recursos para sus medicinas o alimentos»